En palabras de Vergnaud cuando afirma que: “Las matemáticas no son un lenguaje, son un conocimiento”.
El estudio de las matemáticas vista como un
fenómeno comunicativo y de lenguaje, no es una inquietud nueva ni fácil de
abordar entre los estudiosos de los procesos de enseñanza y aprendizaje, y
aunque esta problemática es aceptada como una de las de mayor incidencia en
todo el proceso educativo en general, cobra mayor relevancia cuando se trata
específicamente de las matemáticas.
Todos los autores concuerdan en que es una
problemática demasiado amplia y compleja, que debe ser abordada por un grupo
amplio de profesionales de diversas áreas.
No podemos perder de vista que la pedagogía,
desde hace varios siglos, ha corrido pareja con las concepciones de la
psicología, conductista primero y cognitivista y constructivista después; su
interés se centra básicamente en la explicación de los actos humanos, a través
de observaciones sistemáticas donde predomina la racionalidad, olvidando los
procesos y privilegiando los resultados.
El problema central que nos convoca es la
dificultad que se presenta en los diferentes procesos de enseñanza y
aprendizaje con relación a los aspectos comunicativos que hay en dichas
relaciones.
Estas dificultades se acentúan en la medida
que los docentes desconocen que ahí hay un problema importante, y cada paso que
se da, llevará el lastre de un concepto mal entendido o incompleto.
Cuando los docentes empiezan a observar sus
prácticas como una relación comunicativa entre ellos y los estudiantes, se
empiezan a develar situaciones particulares que son generalmente el punto de
partida de todos los trabajos que a este respecto se han consultado. Afloran
grandes dificultades, pues el docente y el estudiante hablan lenguajes
diferentes.
Dificultades con los algoritmos de las
operaciones, y en un marco mucho más general las dificultades en la resolución
de problemas, siendo este segundo aspecto es donde se hacen más notorias, pues
es aquí donde los estudiantes presentan las mayores dificultades.
El mayor problema para el aprendizaje de las
matemáticas no es la dificultad de los conceptos propios del área, sino en la
forma en que estos son transmitidos a los estudiantes, resaltando así la
importancia del propósito inicial de este trabajo. En el desarrollo histórico
de las matemáticas se puede evidenciar que el desarrollo de las
representaciones semióticas fue una condición esencial para el desarrollo del
pensamiento matemático.
De las mayores dificultades en la comprensión
de las matemáticas son los diferentes lenguajes utilizados, y esto se debe en
gran parte a la forma en que fueron construidos.
Tratar de conciliar por un lado el uso de
representaciones de un objeto matemático y por el otro lado la necesidad de no
confundir esas representaciones con el objeto mismo.
La actividad matemática necesita tener
diferentes sistemas de representación semiótica que pueden ser usados
libremente de acuerdo a la tarea o de acuerdo a la pregunta planteada.
Los que llama registros mono funcionales que
pueden ser usados para una sola función cognoscitiva: este es el caso del
procesamiento matemático en general, llenan una amplia gama de funciones
cognoscitivas, apelan a la intuición, a la experiencia y el bagaje cultural del
individuo.
Los docentes debemos tener muy claro cuál es
el objetivo particular de la enseñanza en cada momento y verificar si se está
apropiando adecuadamente, pues un concepto mal elaborado y elaborado a medias,
será un vacío muy difícil de llenar o incluso conlleve a incurrir en errores en
el futuro.
El lenguaje matemático cumple con ser un
sistema de comunicación estructurado para el que existe un contexto de uso y
ciertos principios combinatorios formales, que es lo que define un lenguaje.
El uso de los textos escolares y su influencia
en los procesos de enseñanza y aprendizaje son los libros de texto, merecen un
corto análisis, pues es a través de ellos que se comunican muchas de las ideas
y conceptos matemáticos, son una buena herramienta de trabajo para los
estudiantes y los docentes, y no se puede negar que en ocasiones son casi
imprescindibles, pero no son más que apoyos.
Las propuestas para mejorar el desempeño de
los estudiantes especialmente en lo que tiene que ver con la resolución de
problemas, generalmente parten de la necesidad de realizar un trabajo previo,
que le proporcione al estudiante las herramientas suficientes para enfrentar
los diferentes tipos de problema.
Las matemáticas en sí mismas, aunque parecen
verdades absolutas y preexistentes, corresponden realmente a un desarrollo
histórico particular, que se ha venido desarrollando por los seres humanos en
las diferentes épocas y en el contexto de las sociedades, y que por lo tanto
sus “verdades” son socio-históricamente relativas.
La Matemática en su forma más pura se presenta
a sí misma como un acumulado de conocimientos teóricos, que posee un lenguaje
propio y que se caracteriza por una excepcional coherencia lógica interna. La
incorporación de elementos de la Historia de la Matemática a los procesos de
enseñanza aprendizaje, permite visualizar el íntimo e innegable vínculo
existente entre esta disciplina y la dinámica socio-cultural humana de la que
es producto.
En todo proceso de aprendizaje siempre se debe
tener en cuenta que no todos los estudiantes aprenden de la misma forma y por
ende debemos adecuar nuestras formas de enseñar y evaluar, a las necesidades
concretas y específicas de cada estudiante, y esta premisa cobra aún más
relevancia cuando nos referimos al área de matemáticas.
Dado que el lenguaje natural es la principal
forma de comunicarnos, cobra especial interés el lenguaje matemático como tal,
pues este nos permite comunicar ideas y conceptos más allá de la realidad
misma, y esto exige otras formas de entender el mundo, que van ligadas en este
caso en particular a un lenguaje extra cotidiano como el de las matemáticas.
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